Antonio Morant Albelda, un pianista español de talla mundial, me habló sobre música, conciertos, sueños y planes para el Año Nuevo. Los invito a leer la entrevista.
Justyna Borowiecka: Has estado tocando el piano desde que tenías seis años, ¿por qué elegiste este instrumento?
Antonio Morant Albelda: – Sí, así es. Bueno… en realidad yo empecé a tocar la trompa, ya que mi padre es trompista. Pero la relación profesor-alumno (padre-hijo) no fue muy satisfactoria… ya que yo fui un niño un poco nervioso y revoltoso, y mi padre pronto vió que mostraba más interes por el piano que por la trompa. Así que enseguida cambié al piano. La verdad que ha sido un instrumento que desde muy pequeño me llamó la atención. Al principio, como a todos, llama la atención por lo „grande y bonito” que es. Pero obviamente me encantó desde el principio en todos los sentidos.
¿Hay raíces musicales en tu familia, alguien tocó un instrumento o eres la primera persona de la familia que se ocupa de música?
– Sí, como comentaba anteriormente mi padre es trompista profesional. Mis primeras lecciones de música y de solfeo fueron de su mano, y posteriormente ya entré en el Conservatorio, siempre siguiendo su asesoramiento al cual tantísimo tengo que agradecer. Y por otro lado, aunque mi madre es doctora en farmacia, ha sido un apoyo fundamental a lo largo de toda mi formación y carrera artística. Así que, de verdad puedo decir que he tenido muchísima suerte en casa.
Has sido galardonado muchas veces en concursos nacionales e internacionales, entre otros: en Valencia, Barcelona, Alemania, Palma de Mallorca. ¿Qué premio es la más valioso para ti?
– Sí, así es. Los concursos siempre han sido una gran motivación a lo largo de mis años de formación. Cuando preparaba un concurso (siempre lo he dicho), estudiaba más y mejor, ya que la preparación que requiere hace que tu estudio sea más minucioso e intenso. Pero el mundo de los concursos “hay que cogerlos con pinzas”, ya que están sujetos a subjetividades como es apreciar el arte en sí mismo (en este caso la música), y es por esto que creo que hay que verlos como eso: como una motivación en tu estudio y un enriquecimiento en tu trayectoria.
Dicho esto… guardo un cariño especial a los concursos que gané en Alemania (el Alfred Schnittke International Piano Competition) y en Trieste-Italia (el Ars Nova International Piano Competition), ya que supusieron para mí una gran recompensa a un gran esfuerzo.
Pero si tengo que responder de verdad, el premio más valioso para mí ha sido poder estudiar con los profesores que he estudiado, que tan difícil es encontrar esta figura de profesor que te llene, te forme, y conecte contigo… Jorge Blom-Dahl, Carlos Apellaniz, Juana Blanco, Brenno Ambrosini, y ya en Varsovia con Piotr Paleczny y Karolina Nadolska… han sido el premio más valioso de mi carrera.
Has participado en muchos conciertos, entre otros en Valencia, Hamburgo, Trieste, Castellón, qué concierto recuerdas más?
– Sí, he actuado en salas en España, Francia, Portugal, Noruega, Polonia, Italia, Serbia… La próxima semana santa tengo una gira por Estados Unidos (incluyendo Los Ángeles, Chicago y Nueva York). Cada concierto es diferente y cada concierto es especial. Recuerdo con especial cariño un concierto que di en el Palau de la Música de Valencia, porque cada vez que saludaba al público veía a toda mi familia, y en especial a mis abuelos (incluyendo mi abuelo ya fallecido) a los que tanto cariño les tengo. Tocar en casa, rodeado de amigos y familia, siempre es especial.
El año pasado, cooperaste con el trompetista español Rubén Simeo, ¿cómo evalúas su cooperación y como os llevais?
– Sí, efectivamente. Desde finales del 2018 formamos el Simant Duo, y recientemente hemos grabado un CD, “New way”, que pronto saldrá a la venta. Trabajar con Rubén es impresionante, en todos los sentidos. Rubén está considerado a sus 27 años como uno de los mejores trompetistas del mundo, fue discípulo del legendario Maurice André, y ha recorrido todo el mundo desde muy joven por sus dotes prodigiosas desde pequeño. Pero por encima de eso, es como un gran amigo para mí. Admiro su positivismo, su alegría, sus ganas de hacer música, su humildad, y un largo etc. Así que estoy muy orgulloso y contento de esta cooperación, y creo que va para largo.
¿Cómo recuerdas vuestros conciertos conjuntos?
– Pues los recuerdo muy intensamente. Siempre disfrutando muchísimo, ya que, como digo, al ser amigos y llevarnos tan bien, disfrutamos muchísimo compartiendo música con un público que siempre es caluroso y entregado con nosotros.
¿Qué canciones sueles tocar en los conciertos?
– Recientemente estoy interpretando bastante Chopin. Pero tengo en mi repertorio otros compositores como Liszt, Moussorgsky, Schubert o Granados. Este año es el 250 aniversario de de Beethoven, y para mi es un placer haber sido programado en el Ciclo del Palau de la Música de Valencia, donde se interpretará la integral de sus sonatas (yo en concreto interpretaré tres, el día 5 de diciembre de 2020).
Estudiaste en la Universidad Fryderyk Chopin en Varsovia, ¿cómo recuerdas este período?
– Lo recuerdo como 5 de los mejores años de mi vida. En todos los sentidos. Aprendí tantísimo de profesores, alumnos, amigos, etc… Viví fuera de casa por primera vez. Disfruté de Varsovia en todos sus sentidos. Y guardo estos años de formación y experiencias en un lugar muy especial de mi corazón.
Bajo la atenta mirada de Piotr Paleczny, di cómo te llevaste con él y cuál es tu opinión de el como profesor.
– Tanto Piotr Paleczny como su asistente Karolina Nadolska son dos personas a las que les debo muchísimo, tanto en lo profesional como en lo personal. Para mi estudiar con el Prof. Paleczny, que tanto en Polonia como a nivel mundial es una eminencia del piano, tan prestigioso profesor y concertista, que para mí ha sido un honor haber tenido la oportunidad de haber estudiado con él durante 4-5 cursos académicos. Mi relación con ellos es muy buena, nos guardamos un gran respeto, pero gran afecto mútuo que confío va a durar siempre a pesar de la distancia. No obstante, el agradecimiento anterior debería darlo a mi anterior maestro, Brenno Ambrosini, y a su mujer, Bernadetta Raatz, quienes me pusieron en contacto con el Prof. Paleczny e hicieron posible que el profesor quisiera escucharme tocar en una clase extraordinaria, y ahí decidió darme la oportunidad de poder trabajar con él en la Universidad.
¿Cómo te gusta Varsovia?
– Varsovia me encanta. Es una ciudad donde he vivido muy a gusto (a pesar del frío de invierno…). El invierno, como digo, es muy duro… al menos para mí… un español, de Valencia, donde estamos acostumbrados al buen tiempo y el sol, la playa, terrazas, etc.
Pero la vida en Varsovia es muy bonita, tiene mucho encanto, y espero volver mil veces (o más) en lo que me quede de vida.
¿Has notado algunas características similares entre polacos y españoles, o somos bastante diferentes?
– Creo que en todos los países te puedes encontrar personas de todos los tipos: gente simpática, gente antipática, gente más fría o gente más cercana, etc. Y en Polonia he encontrado con gente de todos estos tipos. Pero afortunadamente, ha abundado más en mi vida la gente amable, simpática y cercana, que gente antipática o arrogante.
Cuál es tu sueño más grande?
– Mi sueño más grande es poder disfrutar muchos años de la música. En este sentido idolatro muchísimo a mi profesor Paleczny. Ver, que a su edad, sigue viajando tantísimo, dando conciertos, grabando, de jurado en concursos, etc., que es algo que admiro muchísimo. Así que sí… sería un sueño poder disfrutar durante muchísimos años de lo que más me gusta, que es dar conciertos, compartir lo que sé con los más jóvenes, etc.
El año 2019 terminó, ¿cómo fue para ti?
– El 2019 ha sido un año que nunca olvidaré: en verano aprobé unos exámenes muy duros en España, llamados oposiciones, y los cuales estuve durante muchísimos meses preparando, para ser “catedrático” (el rango más alto de profesor en nuestras universidades de música, que en España se llaman “conservatorios superiores de música”). Estos exámenes, una vez los apruebas, tienes esta plaza hasta el momento en que te jubiles, y por tanto es muy importante poder aprobarlos. Así que digo que nunca los olvidaré por este motivo. Por otro lado, la segunda mitad del 2019 ha estado llena de conciertos, y me ha abierto muchísimas puertas para este 2020, así que en ese sentido también ha sido un año muy positivo.
¿Cuáles son tus planes para el nuevo año 2020, dónde podremos escucharte?
– Como he comentado antes, tengo bastantes conciertos programados para este 2020, en ciudades como París, Barcelona, Madrid, Sevilla, Los Angeles, Chicago, Nueva York, Castellón, Florencia, Valencia… así que bueno, a estudiar mucho y prepararse bien para todos ellos.
¿Alguna vez actuarás en Polonia?
– De momento no tengo nada programado en Polonia, pero quien sabe. ¡Espero que sí! ¡Seguro que sí, algún día!
Y al final puedes saludar a los lectores e invitarlos a tus conciertos.
– Pues nada, agradecer a todos los lectores que se hayan tomado un tiempo para leer esta entrevista y simplemente decir que toda la información de mi actividad la pueden encontrar en mi página profesional de Facebook (Antonio Morant Albelda – pianist) o en mi cuenta de Instagram (@antoniopianist). ¡¡Saludos!!
Justyna Borowiecka habló con Antonio Morant Albelda.
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Schubert – Serenade (Simant Duo, audio recording)
Spanish rhapsody – Liszt